La asfericidad es una característica que posee la córnea. La parte central es más curva que la zona periférica. En la cirugía refractiva tradicional, cuando se modifica con láser la córnea, se cambia la curvatura natural del ojo. Si se trata de un cambio profundo, el paciente puede notar su vista distorsionada por la noche, a pesar de que por el día perciba el entorno con total normalidad, lo cual podría afectar a su calidad de vida. El departamento de I+D del Instituto Oftalmológico Amigó ha investigado y ulteriormente diseñados técnicas quirúrgicas que permiten realizar la cirugía refractiva sin modificar la asfericidad corneal, con el objetivo de no solamente eliminar las gafas sino de conservar e incluso mejorar la calidad de visión después de la cirugía respecto a la previa.
Los problemas nocturnos de visión por el efecto de un tratamiento láser que no ha tenido en cuenta su incidencia en la curva de la córnea, pueden ir desde distorsión de las imágenes que captamos, hasta reflejos incómodos como los famosos halos o deslumbramientos. Esto podría llegar a ser un inconveniente sobre todo durante la conducción, ya que las luces de farolas o del resto de vehículos en ocasiones producen una incomodidad en el paciente.
Ya son varios los artículos científicos desarrollados por el Instituto Oftalmológico Amigó, sobre este tema. La línea que se debe seguir no es solo la de adquirir las herramientas de tratamiento más avanzadas del panorama médico, sino realizar tratamientos personalizados a la medida de las características únicas de cada paciente. En nuestra centro analizamos cada caso con detenimiento, para conocer y determinar la estructura y estado de todos los elementos del ojo, con el fin de realizar una cirugía que no solo le permita recuperar su vista, sino conservar o mejorar su calidad de visión y, por consiguiente, su calidad de vida.
En el Instituto Oftalmológico Amigó analizamos la asfericidad de la personas que van a someterse a una cirugía, tanto en el preoperatorio, como en la posintervención quirúrgica. Nos preocupamos de que el estado de la córnea no sufra variaciones imprevistas o, si las hay, que estas sean lo más mínimas. En la actualidad una planificación exhaustiva y profunda son la clave del mejor resultado.