Hace unas semanas abordábamos las condiciones que han de cumplirse para que un paciente se someta a cirugía refractiva. La edad, la evolución de las dioptrías, otras enfermedades oculares previas, etc. Pero hoy nos centraremos en un aspecto no menos importante, las expectativas del paciente.
Tal y como explica en el vídeo el doctor Alfredo Amigó, un motivo que en ocasiones invita a desistir de la cirugía es la consideración, por parte del paciente, de volver a lograr una vista perfecta. “No existe la vista perfecta, igual que no existe nada perfecto”.
Nuestro protocolo de atención incluye sin excepción una entrevista para explicar el alcance de la cirugía refractiva. No existe la vista perfecta.
Ni siquiera un persona con una salud visual aparentemente sana tiene una vista perfecta. De hecho, ni siquiera podríamos determinar qué es una vista perfecta, puesto que se trata de una cuestión subjetiva. Por eso, la primera toma de contacto entre la IO Amigó y un nuevo paciente que pretende corregir su defecto de refracción mediante láser adquiere una relevancia notable.
Nuestro protocolo de atención incluye, sin excepción, una conversación médico – paciente que tiene por objetivo situar al mismo nivel las expectativas del segundo y lo que la cirugía puede ofrecerle. Dicha conversación transcurre con el objetivo de explicar el alcance de la cirugía en términos médicos. De ahí que el Dr. Amigó afirme durante el vídeo que la cirugía LASIK ofrece una “muy alta probabilidad de conseguir ver bien sin gafas”.
Por ello, la filosofía del IO Amigó – sin menoscabo de que se estudia cada caso de forma personalizada – desaconseja intervenciones si se sabe de antemano que muy difícilmente el paciente va a dejar de necesitar gafas. Es decir, volvemos a una cuestión de expectativas, si los resultados no van a ser suficientemente satisfactorios como para justificar la cirugía.
¿Qué hace crecer las dioptrías?
La principal causa de aumento de la miopía se produce debido a un crecimiento de la longitud del ojo (denominada axial). Sin embargo, el ojo no crece durante toda la vida en ojos no patológicos, sino que su crecimiento suele finalizar antes de los 21 años.
Es improbable un aumento de las dioptrías en pacientes ya operados mayores de 21 años. El incremento de la graduación puede deberse a otra patología.
En pacientes operados que se encuentran por encima de esta edad es, por tanto, altamente improbable (aunque posible) que se produzca un aumento de la miopía que derive en una mala visión como antes de la operación y, por tanto, en la necesidad de gafas; si bien pequeños cambios con los años pueden en algunos casos aparecer, en general corregibles.
Por otra parte, en la presencia de distintas patologías como por ejemplo cataratas, ectasias corneales,etc se puede producir un cambio en la graduación debido al cambio de la forma de algunas de las estructuras del ojo.
Sin embargo este cambio de la graduación no se debe a una ineficacia de la cirugía, sino a la aparición de una nueva patología.