Con el seguimiento de pacientes por ya mas de treinta años en el Instituto Oftalmológico Amigó estamos especializados en la patología del glaucoma. En nuestro centro podrá encontrar un equipo médico especializado y con clara experiencia con la tecnología más avanzada para el diagnóstico, tratamiento y operación del Glaucoma.
La presión intraocular es la responsable del grado de "dureza o blandura" del globo ocular. El glaucoma es un grupo de enfermedades del ojo caracterizado por niveles de presión intraocular elevadas, por un ojo "más duro", que dañan progresivamente el nervio óptico responsable de la visión. El glaucoma, por algunos denominado “el ladrón silencioso de la visión”, no provoca ningún síntoma por lo general hasta que la enfermedad está avanzada.
Dejado sin tratamiento, el glaucoma daña progresivamente el nervio óptico y puede llevar a la pérdida de la visión, siendo el glaucoma la principal causa de ceguera en España. Con el debido tratamiento esta enfermedad puede ser controlada y su empeoramiento detenido conservando así la visión. Por tanto, si padece de glaucoma la clave para proteger su visión es el diagnóstico y el correcto tratamiento continuado.
Dos de cada 100 personas de más de 40 años de edad padecen de glaucoma en España. Esta enfermedad es la causa del 12 % de los ciegos en el mundo occidental.
El humor acuoso es un líquido transparente que rellena la parte anterior del ojo. El acuoso se produce continuamente por el cuerpo ciliar oculto tras el iris. Por ello debe salir igualmente del ojo de forma continua y lo hace a través de un tejido con agujeros microscópicos llamado malla trabecular. La cantidad de humor acuoso en el interior del ojo es la responsable de la presión intraocular.
El concepto básico del glaucoma es que si esta presión ocular está demasiado elevada, puede dañar al nervio óptico (nervio que conduce la visión desde el ojo hasta el cerebro) lo que, de no tratarse, puede resultar en pérdida progresiva del campo visual y finalmente en ceguera.
Normalmente se entiende como presión intraocular normal aquella situada entre 12 y 21 milímetros de mercurio (mm Hg). Una presión superior a 21 mm Hg puede ser un indicio de glaucoma y requerir tratamiento. Sin embargo la presión intraocular varia a lo largo del día y no es infrecuente que este dentro de límites normales en el momento de una primera consulta con el oftalmólogo. Por ello una medida de presión intraocular normal no excluye la presencia de un glaucoma.
De igual forma no toda presión intraocular de más de 21 mmHG implica que se padezca glaucoma. Lo esencial en el diagnostico es la presencia de daño progresivo en el nervio óptico. Por ello el control oftalmológico periódico repetido con la realización de pruebas diagnosticas de forma regular es de suma importancia.
El concepto de presión ocular elevada es independiente de la tensión arterial. Por tanto hipertensión ocular (tensión en la vista) e hipertensión arterial (tensión medida en el brazo) son enfermedades diferentes.
Sí, hay varios tipos de glaucoma. Los dos tipos principales son: el llamado glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA) que es el más frecuente, y el glaucoma por cierre angular primario (GCAP) Así se describen los glaucomas "abiertos" o "cerrados". Estos presentan evoluciones diferentes y requieren de distintos tratamientos.
El glaucoma NO está relacionado con hábitos de trabajo, dietas, estrés o “nervios”. pero si existen verdaderos factores de riesgo de padecer glaucoma que debe tener en cuenta:
La edad: el riesgo de padecer la enfermedad es mayor según aumenta la edad. El glaucoma es muy raro que se presente en menores de 40 años de edad y típicamente lo diagnosticamos a partir de los 50-60 años de edad. Por ello sus ojos deben ser controlados como mínimo:
Factores de riesgo:
Poseer familiares que padecen la enfermedad: los familiares próximos (hermanos, padres, hijos) de enfermos diagnosticados de glaucoma crónico de ángulo abierto tienen seis veces más probabilidades de padecer glaucoma que aquellos sin familiares afectos.
Presión ocular elevada: las personas con una presión ocular mayor de 21 mm. Hg. tienen mayor predisposición a padecer glaucoma, aunque esto no significa que necesariamente lo vayan a desarrollar.
Algunos medicamentos: El uso prolongado de cortisona y sus derivados (potente antiinflamatorio que se encuentra en muchas medicinas y colirios al uso) aumenta el riesgo de padecer glaucoma. Desgraciadamente los vemos con frecuencia utilizados de forma injustificada para el tratamiento de irritaciones o inflamaciones oculares banales. Es muy importante que evite automedicarse y que rechace todo colirio que contenga cortisona o sus derivados (dexametasona, betametasona, prednisona, fluorometolona, etc…) y no le haya sido prescrito por el oftalmólogo.
En el Instituto Oftalmológico Amigó llevamos tratando el glaucoma desde el año 1990. Tenemos un fuerte compromiso con su diagnóstico, control y tratamiento. Esto se ha traducido en numerosos cursos de formación, asistencia a cursos de actualización y la incorporación de la avanzada tecnología que nos permite diagnosticar, seguir y tratar esta enfermedad con las mayares garantías. Vemos como un paciente con el seguimiento adecuado desde el principio es muy improbable que pierda la visión por glaucoma incluso pasados muchos años.
El objetivo del tratamiento del glaucoma es evitar que se produzca un daño irreversible en la visión y de manera general está basado en la disminución de la presión intraocular por diferentes medios. Aunque la presión ocular es sólo una de las causas del glaucoma, reducir esta presión es el tratamiento más eficaz. Los tratamientos utilizados son de cuatro tipos: medicamentos, láser, cirugía o una combinación de los anteriores.
Los medicamentos para el glaucoma se administran principalmente en forma de colirio o gotas oculares. Existen diferentes tipos de colirios y no existe una solución única para todos los pacientes. En función de las características de cada caso el tratamiento será distinto, por lo que es necesario ensayar diferentes tipos de gotas hasta alcanzar el control óptimo de la presión intraocular.
Frente al uso de gotas el tratamiento del glaucoma con láser en forma de trabeculoplastia laser selectiva (SLT) para el glaucoma de ángulo abierto es cada vez mas utilizado como tratamiento inicial en el glaucoma.
Se ha evidenciado que son menores las probabilidades de afectación visual final por glaucoma con el tratamiento con laser que con el de gotas antiglaucomatosas, gotas que por otra parte no están exentas de efectos secundarios tanto a nivel local como general o sistémico y que el tratamiento laser generalmente evita en estos estadios iniciales.
Siempre es posible el uso de las gotas combinado con el laser en estadios mas avanzados de la enfermedad lo que generalmente proporciona un control añadido.
Dada su eficacia demostrada, en el IOA empleamos cada vez más el láser en el manejo de pacientes con glaucoma desde un primer momento lo que nos permite frecuentemente evitar el uso continuado de colirios.
La operación del Glaucoma se hace necesaria en los pacientes en los que el tratamiento con gotas (colirios para el glaucoma) o con laser, no ha conseguido detener la progresión en el tiempo de la enfermedad. Toda operación tiene un riesgo de complicación. No obstante, si la cirugía es ya necesaria, el riesgo de pérdida de visión en caso de no operarse supera con mucho al de las posibles complicaciones de la cirugía del glaucoma.
Tras la valoración preoperatoria que realizamos en nuestro Instituto, tendrá una idea más realista de sus posibilidades. En el I.O.A. disponemos de las técnicas quirúrgicas más avanzadas como la esclerectomía profunda no perforante (EPNP) nuestra técnica de elección en la cirugía del glaucoma, técnica que permite la más pronta recuperación visual y los resultados más fiables en una gran mayoría de los casos. Frente al resto de las técnicas al uso, la EPNP no precisa entrar al interior del ojo convirtiéndose así en una técnica conservadora por excelencia. Nuestros doctores le aconsejaran cual es la técnica más adecuada para su caso.
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