La Endoftalmitis es la inflamación del segmento anterior y posterior del ojo. Esta inflamación suele ser la consecuencia de una grave infección del globo ocular que puede derivar en ceguera y pérdida del propio ojo si no es tratada convenientemente. Las infecciones más frecuentes son las conjuntivitis y la queratitis, que afectan a las partes más externas, al estar estas en contacto más directo con agentes patógenos como bacterias, hongos y virus. Sin embargo, cuando hablamos de la Endoftalmitis nos referimos a la infección de la zona interna del globo, algo que es infrecuente pero no imposible que suceda, ni mucho menos.
El interior del ojo está sellado y por ello menos expuesto a elementos infecciosos. Pero en ocasiones esta zona puede sufrir agresiones como la mencionada. Existen dos tipos de endoftalmitis, según la forma en la que penetra la infección en el globo ocular: endoftalmitis exógena, cuando el origen está en una laceración, un traumatismo o una cirugía, en definitiva, ‘desde fuera’, y la endoftalmitis endógena, cuando la infección llega al ojo a través del torrente sanguíneo. Esta última se da en raras ocasiones y siempre cuando el sistema inmunológico del paciente se encuentra comprometido.
Cirugías seguras si se cumplen los protocolos
La endoftalmitis tras una cirugía es extremadamente improbable, siempre que se apliquen los protocolos de seguridad necesarios y se cumplan las normas de higiene que deben regir el trabajo en un quirófano. En el Instituto Oftalmológico Amigó se garantiza al paciente las máximas medidas de seguridad para que el riesgo de complicación posintervención sea el mínimo. Las intervenciones intraoculares son, sin duda, aquellas más susceptibles de mostrar complicaciones como la mencionada en esta entrada.
Síntomas de la enfermedad
Los síntomas más frecuentes son la pérdida progresiva de visión, fotosensibilidad, aparición de edema ocular o dolor, entre otros. En la mayor parte de los casos de Endoftalmitis tras una cirugía, los síntomas aparecen casi inmediatamente o a los pocos días de la intervención. Por este motivo, si planea someterse a una cirugía ocular, debe atender a los síntomas que pudieran aparecer tras la operación. Una rápida atención es vital para evitar complicaciones y secuelas.
Tratamiento
El tratamiento de la endoftalmitis dependerá del grado de infección que se padezca. El suministro de antibióticos por vía oral, por vía tópica y con inyecciones intraoculares, suelen ser los tratamientos más comunes. En ocasiones también se deben prescribir antiinflamatorios. El pronóstico de la enfermedad varía según el tipo de infección que se padezca, ya que existen bacterias más agresivas que otras. En los casos más graves se producirá una pérdida irreversible de visión y la pérdida de todo el ojo. Los casos más leves, sin embargo, suelen resolverse sin problemas.