El Departamento de Investigación del Instituto Oftalmológico Amigó continúa con su actividad cotidiana y recientemente ha publicado una colaboración del Doctor Alfredo Amigó en el «Journal of Emmetropia. Journal of Cataract, Refractive and Corneal Surgery», revista especializada editada en Madrid, relacionada con un caso de astigmatismo irregular tras Lasik.
En este caso se ha tratado de una sección en la que distintos oftalmólogos ponen sobre la mesa casos complicados con otros expertos, para que estos den su opinión. Pues bien, uno de ellos ha sido el Dr. Amigó.
El cuadro expuesto responde al de un paciente que sufrió de forma totalmente inesperada un astigmatismo irregular tras una cirugía de la miopía con técnica LASIK sin incidencias. Esta complicación, extremadamente infrecuente, puede prevenirse pero para ello el cirujano debe apreciar signos predisponentes en el exhaustivo estudio preoperatorio preceptivo en todo paciente.
Los signos predisponentes se aprecian por anomalías en el estudio topográfico corneal, debilidad en el tejido corneal, anomalías anatómicas, entre otros. Para ello la experiencia del cirujano es sin duda una cuestión clave.
Grosor de la córnea
Lo más llamativo de este caso es que todos los estudios previos eran aparentemente normales. Sin embargo, y en opinión del Dr. Amigó, en el caso debatido podía apreciarse un signo precoz extremadamente infrecuente y que se ha descrito en la literatura médica como potencialmente capaz de dar lugar a la complicación aparecida: la diferencia en el grosor de la cornea de ambos ojos.
En concreto, se trataba de 40 milésimas de milímetro (40 micras). Una diferencia entre tejidos realmente mínima, pero que en los estándares de la oftalmología y más concretamente, del tejido corneal (la córnea es la capa transparente de la parte anterior del ojo) era suficiente como para encender las alarmas
Habida cuenta de esa particularidad, el Doctor Alfredo Amigó afirma que la cirugía de la córnea mediante láser excimer (Lasik, PRK) no hubiese sido su opción en el caso que nos atañe. No al menos sin haber recabado más datos que ofrecieran una garantía suficiente como para proceder con la cirugía laser.
Recomienda de esta forma, y en estos casos excepcionales, abstenerse o bien proceder con una corrección de la miopía mediante la implantación de lentes intraoculares faquicas (ICL), técnica para la cual los ojos del paciente en cuestión ofrecían plenas garantías.
Afortunadamente, el paciente puede ser tratado y la complicación resuelta mediante técnicas especiales de las que el Dr Amigo ofrece precisa información y con la que puede recuperarse una visión normal tras el tratamiento adecuado.