Esta semana queremos hablarles sobre un elemento esencial para nuestra visión, pero a la que no prestamos la menor atención, en la mayoría de ocasiones. Se trata de las lágrimas. Sin ellas no sería posible la visión, ya que ademas de permitir la imprescindible lubricación, protegen al globo ocular de infecciones y agresiones externas, aunque sus funciones son mucho más amplias.
De qué se componen
Las lágrimas son principalmente agua, pero también están compuestas de ácidos grasos y proteínas que permiten que el ojo se mantenga lubricado de forma constante.
Para qué sirven
Las lágrimas permiten que nuestros ojos estén hidratados, nutridos y protegidos. Gracias a ellas logramos expulsar cuerpos extraños y suciedad del ojo, evitando infecciones y lesiones. Además, ayudan al proceso de refracción y evitan la sequedad ocular, cuyas consecuencias pueden ser muy graves.
Dónde nacen las lágrimas
Siguen un proceso de creación y eliminación. Las lágrimas nacen en las glándulas lagrimales, distribuyéndose por la superficie ocular. Posteriormente, estas son eliminadas por el conducto nasal. Si las lágrimas no pueden ser eliminadas o el conducto lagrimal sufre alguna obstrucción, pueden generar infecciones, que requerirán tratamiento especializado.
Síntomas de la obstrucción de los conductos lagrimales
Cuando se produce una obstrucción de los conductos, las lágrimas no se pueden drenar adecuadamente y pueden rebosar desde los párpados hacia la mejilla cuando un molesto constante lagrimeo. Además de esta lacrimación excesiva, el paciente puede experimentar visión borrosa, secreciones mucosas, irritación e inflamación de los párpados. Ante cualquiera de estos síntomas deberemos acudir al oftalmólogo.
Causas de la obstrucción
La obstrucción de los conductos lagrimales puede ocurrir debido a múltiples causas (edad, traumatismos, enfermedades inflamatorias, medicamentos y tumores). Hay que recordar que la obstrucción se puede dar desde la glándula lagrimal hasta el conducto nasal.
Las lágrimas pueden desaparecer
El organismo tiene la capacidad de crear lágrimas de forma constante, con el fin de que la superficie ocular nunca pierda la lubricación. Sin embargo es muy frecuente que con la edad ademas de con ciertas patologías como las enfermedades autoinmunes se pueda afectar esta capacidad. En este caso se recomienda el uso de lágrimas artificiales.
Tratamiento especializado
Las patologías que afectan a la producción o drenaje son muy frecuentes y causan molestias continuas que generalmente en forma de sensación de cuerpo extraño, ardor o picor que precisan de atención especializada. En el Instituto Oftalmológico Amigó somos expertos en el abordaje de cualquier enfermedad capaz de afectar a la importante función de lubricación y drenaje ocular.
