En los últimos 60-70 años la humanidad ha asistido a una progresiva introducción de herramientas digitales en actividades hasta entonces realizadas de forma enteramente manual.Desde los robots que fabrican coches, los que controlan aviones, pasando por los ordenadores que permiten realizar todo tipo tareas y gestiones, hasta la inteligencia artificial tan en auge en la actualidad, forman parte de lo cotidiano. La cirugía es una de las últimas fronteras y no son pocos los que vislumbran ya a un robot sustituyendo también al cirujano. Ciertamente el progresivo reemplazo de maniobras quirúrgicas manuales por herramientas digitales es un hecho al que venimos asistiendo desde hace ya más de 35 años. Y es en nuestra especialidad, la cirugía de los ojos, donde probablemente este imparable fenómeno se ha desarrollado más precozmente y avanza con mayor rapidez. La transparencia interna del ojo constituye una significativa ventaja para que un dispositivo digitalmente controlado pueda aplicarse consistentemente con precisión micrométrica. Esto incluso ha llevado al acervo popular la percepción de que si es con láser, no solo es mejor, sino que ya no se trata realmente de cirugía. Como “un algo mágico” que permite operar sin tocar. Operar sin cortar. Es en este terreno donde es preciso clarificar e informar al ciudadano/paciente de la realidad actual.
Una de estas herramientas digitales, la última que ha surgido en el panorama oftalmológica, es el denominado Láser de Femtosegundo. Este nuevo instrumento ha propiciado un avance real en la cirugía de los ojos. Con él, los cirujanos oculares nos hemos beneficiado de un incremento de precisión y seguridad en la realización de ciertas maniobras quirúrgicas especialmente complejas. Esto supone no solo ya una ayuda para el cirujano, sino para el que es el objetivo real de la cirugía ocular, la visión del paciente. Desafortunadamente, el elevado coste de estas nuevas herramientas no permite aun su adquisición por todos los servicios de oftalmología y son aún escasos las que en estos momentos disponen de él.
El láser de femtosegundo es un novedoso láser oftalmológico usado en cirugía que actúa mediante la emisión de pulsos infrarrojos ultracortos, separando el tejido a nivel molecular y trabajando a la velocidad de pocas fracciones de segundo. Hasta el momento permite realizar tanto cirugías de cataratas, miopía, hipermetropía, astigmatismo, queratocono y presbicia. Permite realizar incisiones a distancia mediante láser con una precisión que se mide en milésimas de milímetro (micras), disminuyendo drásticamente los riesgos para los tejidos circundantes y pudiendo realizar parte de la cirugía sin siquiera abrir las cubiertas del ojo. De esta manera permite sustituir en determinadas maniobras la mano y el pulso del cirujano. Un ejemplo clásico es que si, por ejemplo, se necesita realizar un corte en una catarata, el láser atravesará la córnea transparente sin dañarla y sólo cortará en la catarata, exactamente en el punto programado.
La aplicación de este láser supone eliminar la necesidad de usar cuchillas o bisturíes hasta ahora necesarios en ciertas partes de la cirugía. Gracias al láser realizamos cortes o incisiones certeros calculados por ordenador y sin prácticamente margen de error. Así pues ¿esto quiere decir que el cirujano es prescindible? pues no. El cirujano ocular es el único profesional que, debidamente formado, puede usar esta tecnología. Es quien debe elegir que datos incluir y planificar como proceder con el láser según las características de cada ojo en cada paciente. Estas son partes insustituibles de la cirugía y solo pueden ser realizadas por el especialista. Lo cierto es que lejos de ser una herramienta que convierte al cirujano en un mero espectador, le obliga a formarse, especializarse y actualizar sus conocimientos.
La figura del cirujano ocular es, y será, necesaria. Ningún descubrimiento hará que el especialista desaparezca, lo que si propiciarán es que cada vez estén más formados, sobre todo en lo que respecta a nuevas aplicaciones médico-quirúrgicas. Esto obliga a los oftalmólogos a acudir renovadamente a los cursos y congresos que la especialidad celebra, con el fin de reciclar y actualizar conocimientos. En definitiva, la aparición del láser de femtosegundo ha generado mayor seguridad y precisión para el paciente y un estímulo real de superación en el cirujano oftalmólogo.