El pasado sábado 6 de septiembre se celebró el «Taller de refracción en pacientes con deficiencias psíquicas», en la localidad de Águilas (Murcia). En el que nuestro óptico-optometrista Sergio Bonaque ha participado, afianzando sus conocimientos en la especialización del tratamiento refractivo para con estos pacientes.
La mayoría de personas notamos fácilmente cuando algo cambia en la visión o cuando necesitamos unas nuevas gafas. Sin embargo, algunos pacientes con discapacidad mental tienen mucha dificultad para notar que algo ha cambiado en su visión o para manifestar verbalmente esos cambios. El problema se agrava cuando se da el hecho que muchas discapacidades mentales suelen ir asociadas a alteraciones visuales; por ejemplo el 60% de las personas con síndrome de Down tienen defectos altos de refracción.
Para conocer el estado visual de los pacientes con deficiencias psíquicas no sirven las técnicas habituales ya que en ocasiones el paciente no es capaz de diferenciar cuando ve mejor o peor, o de responder a las preguntas del examinador. Es por ello que se hace necesario el utilizar otras técnicas para averiguar cómo es la visión del paciente y determinar el tratamiento necesario, como por ejemplo llevar gafas o realizar cirugía.
Refracción en pacientes con deficiencia psíquica
En nuestro instituto atendemos con relativa frecuencia casos de este tipo. Es llamativo el caso de un paciente con síndrome de Down profundo, con muy poca capacidad para verbalizar, en el que los familiares habían notado un aumento de su agresividad. En la exploración oftalmológica se descubrió que el paciente, que nunca antes había sido revisado, tenía una miopía de 7 dioptrías que le impedía ver con nitidez a su alrededor.
Ese aumento de la agresividad era en realidad una reacción natural ante el desconocimiento de saber quién se le estaba acercando o quién le estaba tocando. Además, el proceso para llegar a tener 7 dioptrías es muy largo y puede llevar años, por lo que probablemente este paciente llevaría años sin poder ver bien; pero sin poder manifestarlo. Este problema se solucionó al poder medir con métodos especiales la visión del paciente con una gafa, que el paciente aceptó de buen agrado.
Creemos por tanto que es especialmente importante la revisión periódica en esta parte de la población. En el IOAmigó disponemos de la formación, la tecnología y el tesón para tratar de llegar con todo el cariño posible a un correcto diagnóstico y a la mejor indicación terapéutica posible. Porque entendemos que cada uno de estos pacientes es único, y tiene unas necesidades particulares.