La blefaroplastia inferior es una cirugía que consiste en la extracción de grasa de las bolsas formadas bajo los ojos y que van apareciendo con el tiempo. La acumulación de grasas en el párpado inferior no tiene prevención posible, al menos no específcamente. Está indicado para aquellas personas cuya acumulación de grasa en la zona del parpado inferior les hacen aparentar más edad o fatiga. Además, en casos extremos interfiere con su visión. Generalmente, se da en pacientes con 35 años ó más, pero en algunos casos con tendencia familiar a tener bolsas, los pacientes son más jóvenes.
No todos los pacientes son susceptibles de realizarse una intervención de blefaroplastia inferior, pues existen condiciones médicas que pueden incrementar los riesgos. Es el caso de los problemas de tiroides, la presión arterial alta, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el ojo seco, el glaucoma, entre otras. Siendo necesario una revisión oftalmológica previa. De hecho, incluso en pacientes para los que sí está indicada la cirugía, es muy importante el preoperatorio, en el que se determina el nivel de grasa que puede eliminarse.
Prevención
La producción de bolsas debajo de los ojos es debido a diferentes razones, como la genética, la retención de líquidos, la falta de sueño o el llevar una vida con mucho estrés reflejándose en el rostro con el paso de los años. Sin embargo hay algunas recomendaciones simples que puedes hacer para tratar de disminuir o evitar que se produzcan, como por ejemplo:
- Dormir entre 7 y 8 horas diarias.
- Dormir boca arriba para evitar que el agua se acumule bajo los ojos.
- Evitar el consumo excesivo de la sal, el alcohol y el tabaco.
- Usar algún cosmético específico.
En definitiva, es recomendable un cambio o adecuación en los hábitos alimenticios y en la propia actividad cotidiana con objeto de evitar pasar por el quirófano. La intervención quirúrgica de la blefaroplastia inferior conlleva riesgos que el paciente debería conocer antes de someterse a ella, como la hemorragia, el cicatrizado, etc. Por ello es muy importante una buena comunicación y entendimiento entre el paciente y el oftalmólogo o cirujano que practique la intervención. Como en el caso de otras cirugías de tipo oftalomológico, las expectativas son determinantes.
