El estrabismo comúnmente conocido como “ojo desviado” es causado por una falta de coordinación muscular entre los ojos que hace que estos apunten en diferentes direcciones. Por ello, son incapaces de enfocar simultáneamente hacia un solo punto. El estrabismo puede ser causado por problemas con los músculos extraoculares (seis pares en total que mueven los ojos), ceguera o por síntomas de trastornos cerebrales diversos.
En algunos casos, el estrabismo tanto en niños como en adultos puede ser tratado con gafas, prismas, parches, inyecciones de toxina botulínica o una combinación de estos tratamientos. Cuando no responde al tratamiento óptico recomendado, es necesaria la realización de una operación para alinear los ojos.
Operación de estrabismo
Durante la operación de estrabismo, uno o más de los músculos del ojo son fortalecidos, debilitados o cambiados de posición para mejorar la alineación ocular. El ojo nunca es removido. Se hace una pequeña incisión quirúrgica en el tejido transparente que cubre la esclerótica del ojo. Este tejido se denomina conjuntiva. Se localiza uno o más de los músculos oculares que necesitan cirugía.
Para fortalecer un músculo, se extrae una sección del músculo o del tendón para acortarlo más. Por el contrario, para debilitarlo, se vuelve a pegar en un punto más alejado hacia la parte posterior del ojo. Este paso se denomina recesión.
Los ojos, generalmente, quedan alineados inmediatamente después de la operación. La intervención de estrabismo a menudo se realiza como un procedimiento ambulatorio y no requiere de hospitalización aplicando anestesia general o local. Tras la operación, el ojo permanecerá rojo por dos semanas. Por lo que no es recomendable conducir el mismo día o al día siguiente y en algunos casos, hasta una semana.
Con la operación de estrabismo se obtiene muchos beneficios tales como una mejora en la percepción de la profundidad o visión binocular, mejora en el campo visual, eliminación o minimización de una visión doble.